Tú le dabas color a este lugar. Iluminabas con luz y música las calles de este triste pueblo perdido de la mano de Dios.
Los aplausos te hacían sonreír. Sigo pensando que a mí me sonreías por algo más que por llevar una guitarra al hombro. Pero lo importante es que ya no estás. Que te has ido y que sabe Dios cuándo volverás. Espero que vayas donde vayas, el mundo te de lo que mereces. Felicidad y buenos días, por supuesto. De esos en los que el sol brilla, los pájaros cantan y te despiertas cada día con gesto alegre.
Espero que estés donde estés, algún día vuelvas.
Y te invitaré a esa cerveza que te prometí. Y para entonces ya podré tocar Proud Mary.
"La literatura no puede reflejar todo lo negro de la vida. La razón principal es que la literatura escoge y la vida no" - Pío Baroja
El dolor es la liberación de una mente atada a la realidad. Sólo a través del dolor podemos encontrar el camino a la nada, al punto cero. A olvidar todo lo que nos ata. Y volver a empezar.
viernes, 31 de agosto de 2012
jueves, 30 de agosto de 2012
Far Away
Lejos es donde estás tú. ¿En qué ciudad? No me importa. Simplemente, lejos. Siempre que encuentro algo bueno, lo encuentro lejos de este pozo de perdición. De envidia y desolación humana, donde los sentimientos no son sino matices de un gris gastado.
Te encontré lejos, y lejos sigues. Pero eso da igual. Iría a donde demonios fuera si eso me permitiera ver una vez más tu sonrisa y el brillo de tus ojos. Vale, quizás me falte el dinero. Y seguro que las piernas me flaquean una vez me suba al autobús. Pero llegue a donde llegue, el día es largo. La noche, también. Y mientras me acompañe mi guiarra. The Truth. La verdad. Mientras me acompañe mi guitarra, siempre habrá alegría en mi pequeño mundo. Sólo espero que la gente sea capaz de verlo y me deje alguna propina para que, además de alegría, haya comida.
Por la música es que no me siento solo. Y por ti es que no me siento un loco en un mundo de cuerdos. Sino un cuerdo en un mundo de locos.
Te encontré lejos, y lejos sigues. Pero eso da igual. Iría a donde demonios fuera si eso me permitiera ver una vez más tu sonrisa y el brillo de tus ojos. Vale, quizás me falte el dinero. Y seguro que las piernas me flaquean una vez me suba al autobús. Pero llegue a donde llegue, el día es largo. La noche, también. Y mientras me acompañe mi guiarra. The Truth. La verdad. Mientras me acompañe mi guitarra, siempre habrá alegría en mi pequeño mundo. Sólo espero que la gente sea capaz de verlo y me deje alguna propina para que, además de alegría, haya comida.
Por la música es que no me siento solo. Y por ti es que no me siento un loco en un mundo de cuerdos. Sino un cuerdo en un mundo de locos.
lunes, 27 de agosto de 2012
Bajo los focos
Un mar de caras te observa, entre divertidas y prepotentes. Pretendiendo pensar que ellos lo pueden hacer mejor que tú. Pero antes de dejar que sus opiniones te dominen, plantéate algo: ¿por qué estás tú sobre el escenario? ¿Por qué son ellos los que observan y no los observados? Es bien sencillo: porque eres tú el que ha trabajado por estar ahí. El que ha buscado la forma de organizarlo todo, el que ha aprendido las canciones, y el que quiere dejar salir la música que hay en su interior.
Ellos no te miran así porque sean mejores. Ni porque crean que no mereces estar ahí. Te miran así por envidia. Porque la gente sólo observa cuando quieren ser ellos los observados. Por eso haz lo más lógico: devuélveles la mirada, sonríeles, háblales. Y toca.
Deja que de tus dedos y tu garganta salga una melodía. No tiene por qué ser perfecta: nada lo es. Pero es una melodía. Tu melodía, y no la suya. Así que, adelante: reúne tu valor, siéntate en esa silla, tras el micrófono, y canta. Rasguea. Sopla. Suelta toda la música que bulle en tu interior y silencia sus comentarios con tu voz.
¿Qué ha pasado antes y qué pasará después? Eso no importa. Ahora son ellos los que te escuchan. Son tu público, y tienes que dar la talla.
Ellos no te miran así porque sean mejores. Ni porque crean que no mereces estar ahí. Te miran así por envidia. Porque la gente sólo observa cuando quieren ser ellos los observados. Por eso haz lo más lógico: devuélveles la mirada, sonríeles, háblales. Y toca.
Deja que de tus dedos y tu garganta salga una melodía. No tiene por qué ser perfecta: nada lo es. Pero es una melodía. Tu melodía, y no la suya. Así que, adelante: reúne tu valor, siéntate en esa silla, tras el micrófono, y canta. Rasguea. Sopla. Suelta toda la música que bulle en tu interior y silencia sus comentarios con tu voz.
¿Qué ha pasado antes y qué pasará después? Eso no importa. Ahora son ellos los que te escuchan. Son tu público, y tienes que dar la talla.
sábado, 4 de agosto de 2012
Matar - To Kill Somebody
Matar. Matar suena tan fácil y tan gratificante... simplemente, librarte de alguien que te molesta. Alguien que en un momento dado no quieres volver a ver en tu vida ni en la de nadie más. Alguien que supones que no tiene derecho a seguir respirando el mismo aire que tú.
Pero a veces, con el tiempo, en lugar de matar quieres amar. Y, amigo mío, amar resulta mucho más difícil. Mucho más altruista y desolador. Pero, desde luego, mucho más honesto.
Pero a veces, con el tiempo, en lugar de matar quieres amar. Y, amigo mío, amar resulta mucho más difícil. Mucho más altruista y desolador. Pero, desde luego, mucho más honesto.
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