El dolor es la liberación de una mente atada a la realidad. Sólo a través del dolor podemos encontrar el camino a la nada, al punto cero. A olvidar todo lo que nos ata. Y volver a empezar.

miércoles, 14 de enero de 2009

Relatos de un vagabundo - Capítulo 9: Gabriel

-¿Qué quieres decir?-ella parecía incapaz de articular ninguna palabra. Tenía en su rostro pintada una máscara de terror que parecía imposible de soportar.
Lentamente, se deslizó hacia el borde de la puerta y rozó la manilla con la mano.
-¡Espera!-dije yo precipitadamente, esperando que respondiera a mi pregunta.
Eso hizo que se asustara y saliera de la habitación precipitadamente. Extrañado, me quedé mirando a la puerta cerrada mientras amanecía.
Varios minutos más tarde logré salir de mi estupefacción y levantarme de la cama. La cicatriz del hombro era ahora un vago recuerdo de dolor, y en absoluto me impedía moverme... era increíble lo rápido que se había curado.
-Vaya, tu herida cura inusualmente rápido...
Me di la vuelta rápidamente. No parecía haber nadie en la habitación, pero había oído aquellas palabras nítidamente. Estaba seguro de que no lo había imaginado. Seguí mirando cada rincón de la habitación con detenimiento hasta que me fijé en una esquina oscura, cercana a un armario ropero. Allí, en una hamaca, se sentaba un hombre anciano, pero de cuerpo fuerte. Vestía unos harapos que le cubrían lo justo y necesario, y no parecían abrigar mucho.
Alcé la lámpara de aceite de la mesita para verlo mejor. El hombre me sonreía afablemente, con un gesto que apenas me permitía recelar de tan extraña situación.
-¿Quién eres?¿Cómo has entrado?-balbuceé con dificultad.
El anciano rió con ganas y me volvió a mirar, poniéndose en pie y caminando hacia mí.
-Me llamo Gabriel, y llevo todo el rato aquí-dijo, aún sonriente-. Mi amiga ha sido toda una maleducada, dejándote aquí a solas, ¿no crees?
-Bueno, estás tú... ¿o no?
-Sí, sí que estoy, eso es cierto-repuso.
Me alcanzó algunas ropas del armario y me acompañó al salón de la casa. Parecía la casa de un burgués acomodado, y seguramente eso era. El arte escaseaba increíblemente para ser una casa de la aristocracia, y el hecho de que hubiera mobiliario y habitaciones separabas descartaban que la casa perteneciera a un campesino. Gabriel me invitó a sentarme y él hizo lo propio.
-¿A qué se refería ella con 'eres uno de ellos'?-pregunté, ansioso por saciar mi curiosidad.
-Bueno... recuerdas haber sido mordido por un lobo, ¿no?
Asentí.
-Bien. Verás, por ésta zona, corre la leyenda urbana de una pandemia mítica... algo así como la licantropía. Se dice que un animal representativo aparece en los sueños de uno, y éste se autolesiona con una profunda herida, como si el animal le hubiera mordido. Luego, los afectados se despiertan aparentemente bien... casi incluso mejor que antes: más rápidos, más fuertes, más inteligentes... pero, cuando cae la noche y les ilumina la Luna, parecen no reaccionar de modo... normal.
-¿Se convierten en lobos humanoides?-reí.
Me estaba dando cuenta de que seguíamos hablando en tercera persona, cuando (al menos yo), sabíamos perfectamente que eso era lo que me estaba pasando a mí... aunque fuera algo más bien poco creíble.
-No... realmente es algo más... psicológico. Parecen perder todo rastro de humanidad, se vuelven como locos, salvajes, incapaces de comunicarse ni de pensar en otra cosa que no sea comer. Y, por supuesto, les encanta...
-Espera un momento-le interrumpí-como en los antiguos mitos, ¿aquí también hay vampiros?
-Debes entender que es una farsa, un mito... no te está pasando ni te pasará eso, porque no es verdad. Es una falacia, ¿entiendes?
-Sí-asentí lentamente-. Lo siento, creo que me dejé llevar.
De pronto, Gabriel se sobresaltó y se puso en pie.
-Creo que he oído algo.

2 comentarios:

  1. Leyendo textos como este me alegro profundamente de haber compartido contigo hace ya unos meses mi pasión por escribir, porque está todo realmente bien.
    Vaya potencial que tienes macho. Si para escritores hicieran un draft.. tu serias escogido en primera ronda.

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  2. Sigue sin gustarme del todo... a ver si en los próximos capítulos lo consigo situar todo... aunque ya verás el final, tengo reservado algo bastante... inesperado.

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