Sinalefa o con ella,
sinfonía de platónicos amores y desgarros,
cacofonía y desplatónicas meretrices con garras.
Harpías tras tapias en trance de ser derribadas
y puñaladas en puntadas sobre pieles depiladas.
Sacudidas temblorosas
entre manos sudorosas
con perfume de rosas
ponen pies en polvorosa.
Polvo rosa y polvo blanco
a cubierto o descubierto.
Amor de parque y banco
encerrado o bien abierto.
En cerrado y sin candado,
de piernas abiertas tembloroso umbral
que acoge placer y dolor por igual.
Encerado y resbaloso,
piso de pocos y consuelo de tontos,
el amor de quien no supo cuál es cuál.
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