El dolor es la liberación de una mente atada a la realidad. Sólo a través del dolor podemos encontrar el camino a la nada, al punto cero. A olvidar todo lo que nos ata. Y volver a empezar.

martes, 31 de marzo de 2009

Siempre estabas ahí

Llegó el final, cesó el clamor y la magia se desvaneció; pero allí no había ningún barón, y mucho menos uno rojo.
Fue curioso ver cómo tres años de amistad, de levantarnos el ánimo el uno a la otra, se fueron por la borda en una discusión de apenas unos minutos. Pudo ser mi ciego orgullo, incapaz de discernir más que entre mi opinión y la del mundo entero; o pudo ser que ella no había comido y claro, con el hambre, uno está irascible siempre.
No sé qué dije, ni qué dijo ella. A día de hoy, todo lo que quedará de aquella conversación serán difuminados y distorsionados recuerdos que me harían ver un error que nunca fue, o que siempre fue y no quiero ver.
A día de hoy, y sin temor a equivocarme, puedo decir que nadie sabrá jamás a ciencia cierta de quién fue el gran paso en falso. Yo siempre diré que fui yo... quizás por el atractivo que tiene llevar la contraria, o quizás por lo que me gusta tener razón.
A día de hoy pueden ser millones de cosas, todas aquellas que me torturaron en el pasado, y especialmente el haberla perdido.
A día de hoy, sólo sé que siempre estaba allí.

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