Vuelvo a aquél lugar, centro de todo mi odio. Es confuso. Todo cuanto aprecio está allí, al igual que todo cuanto odio está allí. Esa es mi vida, y llevo una semana desterrado de ella. Hace que me sienta extraño y desorientado. No sé qué haré, ni cómo se me recibirá. Apenas sé lo que pienso o pensaré.
Miles de problemas por resolver me esperan a la vuelta, sin piedad alguna: líos de faldas, falta del trabajo que debí hacer durante mi "arresto domiciliario"...
Bah, sea como sea, no puede ser peor que el 80% de mi vida, ni peor que lo que me queda por soportar; así que, allá vamos.
ADVERTENCIA: Si las escrituras en éste blog se terminan, se deberán a un linchamiento realizado para jolgorio y recreación pública de don Miguel Angel Cabo Galguera. En caso contrario, el escritor habrá sido salvado milagrosamente por Sir Lancelot en un unicornio blanco e impoluto.
Se tu mismo
ResponderEliminary si no sirve, siempre quedará eso de
divide y vencerás.