El dolor es la liberación de una mente atada a la realidad. Sólo a través del dolor podemos encontrar el camino a la nada, al punto cero. A olvidar todo lo que nos ata. Y volver a empezar.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Sangre

Si la cerveza fuera sangre, sería la mía, perdida en un mar de venas y arterias que en otro tiempo fueron limpias, impolutas y puras. Son ahora autopistas por las que corren el alcohol y la nicotina. Carreteras de lo que otros siempre vieron como desperdicios.
Sería mi sangre pura si no le robara a cada noche dos tragos y un cigarrillo. Y una botella y dos cajetillas. Si no le robara a cada rayo de sol un poco de fuerza para seguir bebiendo y viviendo. Sería mi sangre pura, en definitiva, si no me hubiera dejado llevar.
Ya no lo es, y es tarde para lamentos. Para quejas, para lloros. Es la hora de vivir con lo que uno ha elegido ser. De tirar de ello hasta que sea bueno. Hasta que valga la pena. Y, mientras lo intentamos, solo queda esperar y confiar en que la muerte no llegue temprana. En que nos de tiempo de hacer algo que merezca la pena escribir. Algo que pueda llenar siquiera una nota a pie de página en los libros de historia.
Será que en los recuerdos del mundo se puede ser inmortal. Será que todos queremos pasar a la historia para pensar que, al menos, nuestra vida no ha sido tan efímera como en un principio pareciera.