El dolor es la liberación de una mente atada a la realidad. Sólo a través del dolor podemos encontrar el camino a la nada, al punto cero. A olvidar todo lo que nos ata. Y volver a empezar.

domingo, 25 de septiembre de 2016

Personaje

Y se enamoró del personaje de un cuento. Loca y perfecta como era, olvidó el error de enamorarse de unas líneas. Olvidó el error de enamorarse de un personaje, porque el hombre no es personaje, ni el personaje hombre. Ni el relato realidad, ni la realidad relato. Lo olvidó no conscientemente, si no a un nivel difícil de alcanzar. Ese en el que crees que sabes, pero ignoras en realidad, las normas de un mundo del que demasiado a menudo huyes en busca de amor entre los fotogramas de una película.
Se enamoró de líneas, de la caricatura simplista de un hombre. De un ser bidimensional, sin problemas, sin complicaciones. Un ser que era de una forma definida. Un ser que, a diferencia del hombre, era un solo ser. Era uno solo en lugar de miles. En lugar de un caos informe que se golpea por escapar de los barrotes del inconsciente. Un saco de trozos de personalidad que se agolpan contra el cráneo. Un rastro de problemas sin resolver, más allá de una historia con principio, nudo y desenlace. Olvidó que se había enamorado de tres actos, y que la vida real tiene tres millones.

Así, cuando encontró a un personaje tangible en su mundo, lo abrazó. Y nunca supo que lo que quería no era un hombre, sino las líneas evocadoras entre las páginas de una novela.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Solitario

En solitario
juega con un corazón roto,
palo inútil en una baraja
de antaño tiempo ignoto.
Ser falso, hombre de paja
en solitario.

En solitario
lanza un aullido quebrado
de cama vacía a luz de luna,
y jadeo desahogado
de dulce muerte a la una
en solitario.

En solitario
juega con picas amargas,
palo de amantes confusas
que engañan con saña
y juegan así a ser musas
en solitario.

En solitario
escapa un último estertor
hijo de una pequeña muerte.
Una sacudida de desamor
y lágrimas que vierte
en solitario.

En solitario
pasea por campo de tréboles,
palo de suerte esquiva
y extrañas hipérboles,
de existencias perdidas
en solitario.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Psicosis

Sonríe ante una incesante procesión de imágenes de psicosis. Ante la película más violenta jamás imaginada. Ante el deseo de ver arder las entrañas de cuantos te rodean. Sonríe ante el deseo fugaz de apagar las vidas de quienes sonríen a tu alrededor. Y deja que escape una carcajada de lo más hondo de tus pulmones mientras sueñas con vaciar de aire los pulmones de las personas a las que amas.
Sueña e imagina tejerte un chaleco con sus pieles. Sueña con llevar sus vísceras como bufanda. Desea bañarte en su sangre y hacer joyería con sus dientes. Jugar al yoyó con sus ojos y aplaudir con sus propias manos ante sus cuerpos mutilados. Arrancarles las uñas y lanzarlas al aire como confetti, o desayunarlas en un tazón de leche con cacao cada mañana.
Siente la psicosis invadiendo tus venas, borrando de tu mente todo atisbo de cualquier sentimiento que no fuera rabia. Siente cómo el deseo irrefrenable de destruir impide cualquier creatividad por tu parte. Siente cómo ya eres bestia, cómo te han convertido día tras día en un monstruo. Cúlpales del horrendo ser que ves al espejo cada mañana.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Latido y huida

Golpea.
El latido de un corazón descompasado, tambores que hacen temblar cada centímetro de su piel, cada músculo tenso en movimiento.
Golpea.
El temblar de su pecho, el zumbido en sus oídos que vibra al ritmo inexistente de un puño que se aprieta frenéticamente entre sus pulmones.
Jadea.
El expirar y aspirar aire con ansiedad, las bocanadas entrecortadas por los golpes de sus pies contra el suelo y los bruscos movimientos de su cuerpo.
Jadea.
El aire ardiente y helado, que quema y congela sus pulmones a cada respiración, a cada instante, haciéndoles pedir tregua de los disparos que llegan desde su boca entreabierta.
Corre.
Corre libre y feliz a pesar del dolor, huyendo y dejando atrás rutinas y mentiras, repetición tras repetición.
Corre.
Corre perseguido por la inevitable oscuridad de una masa que se cierne sobre él, desesperado por respirar un poco más de ese aire libre.
Aire que quema y congela sus pulmones. Pulmones que abrazan un corazón nervioso. Corazón nervioso obsesionado por huir de la realidad.